Empiezan a proliferar las tiendas electrónicas de productores, de grupos de consumidores, de cooperativas, de agencias del ramo e incluso de tiendas de productos escogidos. Empieza a ser la oferta tan cuantiosa que puede empezar a pasar lo que sucede en otras cosas en internet, que el usuario lo que necesita es una guía de facilitación y un marchamo de calidad, algo que le permita entrar con la confianza de que sabe donde tiene que entrar y que la calidad está asegurada.
Esto nos apunta dos problemas: el primero es la complejidad de la compra, el otro la garantía de calidad.
Si uno quiere comprar con cierto criterio puede pasarse el día buscando páginas, cada una de las cuales le ofrecerá un par de productos, o hasta tres, y tiene que ponerse a ello armado de cuaderno, calculadora y agenda. Ir apuntando lo que compra en cada página, cuanto se ha gastado, cuanto en productos y cuanto en portes, cuando está previsto que lo reciba... o recurrir a las tiendas electrónicas de los de siempre que tienen lo de siempre. Me parece caro en tiempo de usuario y tedioso.
¿Y quién marca la calidad?¿Quién garantiza que el producto ofrecido es de la calidad sugerida?, o incluso ¿como saber si el criterio de sabor, origen, calidad, tiempo y tipo de producción coincide con el del usuario final?¿En cada tienda?
Alguien debería de poner un poco de cordura en una carrera que a pesar de haberse iniciado recientemente ya tiene más corredores que la maratón de Nueva York, pero, por hacerme una última pregunta, ¿quién le pone el cascabel al gato?